23 de mayo, Día Mundial del Melanoma. ¡Mira por tu piel!
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null 23 de mayo, Día Mundial del Melanoma. ¡Mira por tu piel!
Jesús Gardeazabal es investigador de Biocruces Bizkaia, dentro del Grupo de Biomarcadores en cáncer y Jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Cruces, nos resuelve algunas dudas y nos habla de la investigación en el momento actual.
IIS Biocruces Bizkaia, 21 de mayo de 2021.- El día 23 de mayo se celebra el Día Mundial del Melanoma cuyo objetivo es concienciar a la población sobre la importancia del diagnóstico precoz de este tipo de cáncer. Pese a que le carcinoma de células basales es el tipo de cáncer de piel más común, el melanoma representa el 4% de los tumores malignos de la piel y sigue siendo el responsable del 80% de las muertes de este tipo de tumores.
Según numerosos informes de los últimos 25 años, la incidencia del cáncer de piel se ha incrementado a nivel mundial. A pesar de ello, la tasa de supervivencia del melanoma en estadios iniciales es mayor del 90%, mientras que en las fases más avanzadas la supervivencia desciende al 15%. Por ello es fundamental un diagnóstico precoz que se consigue analizando nuestra piel.
La piel es nuestro órgano más extenso, requiere de un cuidado constante y la exposición prolongada al sol constituye uno de los principales factores de riesgo para desarrollar melanoma.
Los cambios en nuestra piel pueden ser el primer síntoma de melanoma. Por eso es importante analizar nuestros lunares y su apariencia. Se acerca el verano, época en la que la piel corre más riesgos y, pese a la insistencia de los profesionales médicos, aún existe poca concienciación.
Jesús Gardeazabal, nos explica en esa entrevista en qué consiste este tipo de cáncer y en qué medida se encuentran las investigaciones en Biocruces Bizkaia.
Jesús, el sol ¿es más amigo o enemigo de los seres humanos?
Sin ninguna duda, el sol es un amigo íntimo e imprescindible para la vida en nuestro planeta. Pero, como sucede en otros ámbitos, no tenemos que dejarnos abrumar por las amistades ni permitir un contacto excesivo para que nuestra relación sea saludable y duradera.
La exposición al sol es una práctica común en nuestra sociedad, sin embargo, dependiendo de las condiciones en que se realice, entraña riesgos. El bronceado nos da un aspecto “saludable”, pero también es una manifestación de la agresión que está sufriendo la piel, que se defiende modificando su color, entonces, ¿hay “bronceados saludables” y “bronceados de riesgo”?
Efectivamente el bronceado es una reacción de nuestra piel para protegerse de la agresión de las radiaciones ultravioleta que, cuando inciden sobre nuestras células, provocan daños que pueden tener consecuencias potencialmente graves. Pero el bronceado no es una barrera infranqueable y hay algunas radiaciones que la atraviesan produciendo efectos perjudiciales. Por lo tanto, no podemos considerar el tono moreno de la piel como una circunstancia que nos evita los riesgos derivados de la exposición al sol, las radiaciones solares.
La radiación es acumulativa, por tanto, cuanto más tiempo estemos al sol sin la protección adecuada, más riesgo iríamos sumando. Todos notamos que ahora tenemos que tener mucho más cuidado con el sol porque, incluso utilizando un factor de protección alto, la piel se enrojece, mientras que hace años no nos quemábamos a pesar de utilizar factores de protección más bajos. ¿Realmente la capa de ozono actuaba como un “protector natural’?
La capa de ozono natural que se encuentra en la estratosfera (entre 20 y 50 km de altura), por sus propiedades fotoquímicas, actúa como una barrera natural que impide que lleguen a la superficie terrestre los ultravioleta C y gran parte de los ultravioleta B que son las radiaciones más peligrosas para nuestra salud. La disminución del espesor de la capa de ozono que se ha descrito durante la primavera antártica no es tan notoria en nuestras latitudes, por lo que es difícil atribuir las posibles quemaduras que se producen en nuestra piel a dicho problema. Por otro lado, no está claro que hace años padeciéramos menor número de quemaduras, probablemente sería lo contrario, pero actualmente estamos más concienciados con este problema y lo percibimos con mayor atención.
Hay informes que apuntan que en la última década los casos anuales de melanoma han aumentado casi un 50%. ¿Qué está pasando?
Este incremento de diagnósticos probablemente se deba a varios factores. El factor ambiental que más puede contribuir a la aparición de melanomas en la edad adulta es la historia previa de quemaduras solares en la infancia por lo que, parte de los nuevos diagnósticos se pueden deber a los efectos en edades adultas de exposiciones al sol prolongadas en la infancia en épocas en los que no se realizaba tanta protección solar. Por otro lado, las campañas de educación sobre los signos de alarma que presentan las lesiones cutáneas que deben ser motivo de consulta provoca diagnósticos más numerosos y más precoces de los melanomas.
¿Cuáles serían las señales de alarma para ir al dermatólogo y descartar un posible cáncer de piel? Y, ¿qué población es la que más riesgo corre?
Las personas que tienen más riesgo de desarrollar cáncer de piel en general y melanomas en particular (el de mayor riesgo para la salud) son las que tienen piel clara con antecedentes de quemaduras solares en la infancia y la presencia de múltiples nevus por la superficie corporal.
La regla del ABCDE (A: asimetría; B: bordes irregulares; C: color irregular; D: diámetro mayor a 6 mm; E: evolución creciente) es la más utilizada para orientar a la población general sobre las características de las lesiones pigmentadas que deben ser evaluadas por los médicos.
Si la detección es precoz y el melanoma se cura ¿qué precauciones debe seguir el paciente a partir de ese momento? ¿debe evitar la exposición al sol? ¿tiene más riesgos que el resto de la población de desarrollar nuevamente melanoma, o algún otro tipo de cáncer?
La mayoría de los pacientes diagnosticados de melanoma se extirpan en las fases precoces de la enfermedad y se curan. Los pacientes intervenidos de melanoma se les explica la importancia de la autoexploración para detectar posibles cambios en sus lesiones cutáneas, se realizan revisiones periódicas con los dermatólogos, y se les indica realizar vida normal utilizando filtros solares para evitar quemaduras que incrementen la posibilidad de desarrollar nuevos melanomas en el futuro.
¿Cómo han evolucionado los tratamientos para curar el cáncer de piel? ¿Cuáles son las últimas investigaciones en melanoma y por dónde van las últimas líneas de investigación de este tipo de cáncer dentro de nuestro Instituto? ¿Qué resultados está obteniendo está investigación? ¿Qué aplicación práctica tendría para mejorar la salud de la población?
El abordaje fundamental para los cánceres de piel es el diagnóstico precoz para evitar el riesgo de complicaciones. Una vez diagnosticados se procede a la extirpación quirúrgica de las lesiones con márgenes de seguridad. Con estas actuaciones se curan la gran mayoría de los cánceres cutáneos. Si a pesar de ello aparecieran metástasis a distancia y no pudieran ser extirpadas quirúrgicamente, en los últimos años se han incorporado tratamientos médicos que en muchos casos consiguen eliminar dichas metástasis o cronificar la enfermedad.
Las investigaciones básicas que se realizan en el Instituto van encaminadas a intentar identificar, mediante técnicas moleculares, aquellos pacientes que tienen más riesgo de desarrollar metástasis, así como la incorporación de sistemas de identificación por imágenes que “aprendan” a diagnosticar cánceres de piel.
¿Cuál es el principal reto que tiene la dermatología por delante?
El reto de la dermatología es seguir mejorando en todos los aspectos que engloban el incremento de salud de la población, promoviendo comportamientos saludables, el diagnóstico precoz de los pacientes con cánceres cutáneos, la identificación de aquellos que tengan mayor riesgo de desarrollar complicaciones y el tratamiento de las mismas con terapias cada vez más eficaces y con menos efectos secundarios. Para conseguir estos objetivos es imprescindible trabajar coordinados con el resto de especialistas implicados en la atención de estos pacientes (patólogos, cirujanos plásticos, médicos especialistas en imagen, oncólogos...) para proporcionar una atención integral de los pacientes con cánceres de piel.
¿Querrías aportar algún mensaje final?
Podríamos resumir las instrucciones para una relación saludable con el sol con algo tan sencillo como aplicar el sentido común, evitando situaciones que comportan molestias (quemaduras) y riesgos de complicaciones en el futuro. Los dermatólogos simplemente actuamos recordando estas medidas que cada vez están más interiorizadas por la población y que se traducirán en el futuro en una disminución de los cánceres cutáneos que, si aparecen, cada vez estarán mejor tratados y con menor riesgo de complicaciones graves.
Eskerrik asko, Jesús y equipo, por seguir investigando para lograr tratamientos que beneficien al mayor número posible de pacientes.
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